Llega mi duende Samuel,
al séptimo año vida
esta fecha no se olvida,
porque la protagoniza él.
«No quisiera que un papel
lleve este beso a tu sien,
porque sabes que eres quien
por amor siempre suspiro
y estas décimas te escribo
deseando lo pases bien».
Ese día en que tú naciste
tejí mi mejor camino
y enfoqué bien mi destino
con el amor que trajiste.
En mis brazos te dormiste
con mis pícaras canciones,
sufrí con tus inyecciones,
tus fiebres y malestares
y aunque tuve mis pesares,
eran más las emociones.
Yo quiero que tu futuro
esté siempre bendecido,
con mi aliento y regocijo
y el afecto que procuro,
que tu corazón sea puro
de honradez y tradición
y que como la canción:
«Tú seas un hombre de bien»
para que entonces también
yo llore de la emoción.
Te voy a felicitar
con todo mi corazón
doliéndome la ocasión
por no poderte abrazar.
Mucho te he de extrañar
seguro aún no lo entiendes,
y tal vez hoy te sorprende
que no pase el día contigo.
Que mi verso sea el testigo:
Feliz cumpleaños, mi Duende.