Ya tenemos treinta y una
victorias en el bolsillo,
aunque bolero el Castillo
la producción fue oportuna.
La «tanda», como ninguna
otra jornada, batió.
Hasta Avilés impulsó
(que eso es digno de admirar),
feliz porque va a viajar
¡ya el dolor se le quitó!
Un chiquito sospechoso
nos dio como tres jonrones
y quebró las ilusiones
del Bayamo talentoso.
Y en la tarde, ¡qué dichoso!
Alain Sánchez nos ganó.
Este sábado quedó
nuestro caballo en la granja,
porque el jugo de naranja
al beberlo lo enfermó.
Me voy para el beisbolito
que hoy será la gran final
y el Bayamo anda letal
gana los dos, segurito.
Me llevaré el radiecito
porque Pachi va a narrar.
Buena fiesta van a dar
a estos niños luchadores
que se han visto superiores
cuando salen a jugar.
Se vende un escobillón
de color verde y barato
quiero el pago de inmediato
que voy a comprarme ron.
¿Por qué mi celebración?
Mejor te cuento enseguida:
Le hemos dao una barrida
así sin más y campantes,
a esos bravos elefantes
allá en mi tierra querida.
¡Se transformó la Sombrita!
se puso «fula» el chamaco,
en mis versos lo destaco
por esa actuación de orita.
Y su defensa, bonita,
más que bonita, brillante.
Mi compay ya es importante
en nuestra tropa alazana
que hoy cenó una palangana
de bisteces de elefante.
¡Qué jueguito en el Barbados!
sigue fallando el pitcheo
por suerte sí hubo bateo
y unos cuantos destacados.
Los caballos desbocados
mayoriaron otra vez.
Dio un estacazo Avilés
que hace tiempo se pedía,
aunque falta todavía
que levante el bayamés.
Anda mal César García
no se muestra dominante
cada inning tambaleante
otra vez no fue su día.
Paradelo que seguía
resguardó bien la ventaja.
Hace rato no trabaja
Kelvis de acomodador,
ni Alexei el cerrador
porque Martí lo baraja.
Mejor hablar de los chamas
porque los potros mayores,
a manos de Cazadores
incumplieron los programas.
Los lanzadores en llamas
y el rendimiento bajando.
Así como están jugando
no sorprende una barrida,
mas con la tabla encendida
no se puede estar fallando.
Se están haciendo gestiones
con los niños finalistas,
que tengan mochilas listas
para nuevas inserciones.
A ver si esas emociones
se inyectan como energía.
Porque los «grandes» hoy día
en estos tiempos flaquean,
no parece que ellos sean
los monarcas todavía.
