Me ericé con Pica Pica
cuando anoche declaró
que «esto aún no se acabó,
y nada lo mortifica».
«En casa se multiplica
nuestra garra y nuestra hombría.
Que no falte la alegría
y se llene ese Barbados,
pues caballos aclamados
son más bravos todavía».
Si prendimos fuego ahí
a Bayamo aquel enero
y Perucho al pueblo entero
el himno escribió allí.
Si nació el fuego mambí
del estadio, bien cerquita.
Con la tanta gloria escrita,
¿cómo creen que no podremos
y dos juegos no ganemos
en esta tierra bendita?
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