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YOENIS PANTOJA Entradas

Amelí

Ella es la pura sonrisa,
la ternura hecha bebé,
es la pasión que heredé
con alegría y sin prisa.
Mi burbujita sumisa,
-mi estribillo de canción-
beso, cariño, pasión,
Amelí, mi amuleto diario,
hoy está de aniversario
mi pompita de jabón.

Sus retozos mañaneros,
sus besitos de dormir,
yo me los quiero fundir
con sus mañas y sus quieros.
Ángel de pasos ligeros
que en mi papel se dibuja
porque al mirarla me embruja
como flecha de Cupido
para caerme rendido
a los pies de mi burbuja.

Que tu entorno y tu futuro
estén siempre bendecidos
y no falten regocijos
de los que yo te procuro.
Que tu corazón sea puro
y tu camino el mejor,
Dios te libre del dolor
y la dicha te sonría
para expresar tu alegría
en mis escritos de amor.

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María Isabel, 7 años

Se encontraron un buen día
una estrella y un lucero
y en su amor nació un te quiero
tierno de alevosía:
María Isabel que venía
cual preciado pergamino
hizo el más lindo camino
cuando sus ojos abrió
tanto que se quedó
como un destello divino.

Así se robaba ella
cada noche de las mías
con bostezos, alegrías
y su carita tan bella.
Como olvidarse de aquella
muñequita de papel
con ojitos de pastel
cabiendo en mis poemas
y aliviándome las penas
mi linda María Isabel.

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¿Cafetera o jardinera?

Tengo una historia bonita,
y se las voy a contar:
un día como hoy en Palmar
nació la niña Belkita.
Dicen que la niñita
tenía adicción al café
y la frase «ya colé»
bien la dice dondequiera
pues su amor de cafetera,
ni San Pedro se lo quita!

Creció y bien se forjó
en la misión de educar
aunque no le puede faltar
la tradición que heredó
Y no es que lo diga yo
Pero donde Belkis llega
va a la cocina y cuela
el mejor café de Cuba
y ese arte, sin duda,
no lo enseñan en la escuela.

Es una flor de ternura
donde emanan mil cariños
pues trabaja con los niños
con bondad y con cordura.
De inigualable figura,
emprende, sonríe, motiva
Es maestra muy activa
que llena el día de colores
Son sus niños como flores
y es ella quien las cultiva.

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Décimas para mi madre

Cuán difícil resumir
«mamá» en una poesía,
es que solo de la mía
tengo mucho que decir –
No se puede describir
tan bien lograda creación
en una improvisación
de versos con rima fiel
pues no alcanzaría el papel
si me dicta el corazón.

Por la gracia de guiarme
y dejar en mí su huella
Marisbel Zaldívar, ella
es la que hace inspirarme.
Agradecido estoy por darme
educación y valores
llenar mi vida de amores
y velar fiel mi salud.
No hay nadie más como tú
con tanta dicha y honores.

Ni versículo, ni canción,
ni creo que en mi vida pueda-
agradecerte, mi vieja,
por tu esfuerzo y tu atención.
Has sido tú mi timón,
mi enfermera, profesora,
la que se sonríe ahora
por mis triunfos y virtudes
yo espero que nunca dudes
que este «negrito» te adora.

Gracias por ser la verdad
que en este mundo me guía,
por ser la mejor compañía,
y premiarme con bondad
Te deseo felicidad
no solo hoy, día por día.
Dios te colme de alegría
por tu dulzura materna
«Que te de una vida eterna
y siempre estés en la mía».

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Duende, muñeca, burbuja…

Vino un duende a mi poesía
a que jugara con él
¿cuál es tu nombre?- Samuel,
y alegró la tarde mía.
Yo juro que no sabía
que los duendes eran eternos
juguetones y modernos
como el verso que me dijo:
-Ven a besar a tu hijo-
y fue el regalo más tierno.

A una muñeca rubita
una décima le hice
y disfruté cuanto quise
su figura tan bonita
ni una llovizna le quita
su sonrisa de oropel
digna de que un pincel
dibuje ese gran tesoro
y a todo lo que yo añoro
de mi María Isabel.

Una lágrima se estruja
a kilómetros de aquí
y es que sobre un alelí
se ha posado una «burbuja»
Es Amelia quien me empuja
a cantarle una canción
y apretarla con pasión
por diáfana peregrina
donde su encanto germina
dentro de mi corazón.

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Llega mi duende Samuel…

Llega mi duende Samuel,
al séptimo año vida
esta fecha no se olvida,
porque la protagoniza él.
«No quisiera que un papel
lleve este beso a tu sien,
porque sabes que eres quien
por amor siempre suspiro
y estas décimas te escribo
deseando lo pases bien».

Ese día en que tú naciste
tejí mi mejor camino
y enfoqué bien mi destino
con el amor que trajiste.
En mis brazos te dormiste
con mis pícaras canciones,
sufrí con tus inyecciones,
tus fiebres y malestares
y aunque tuve mis pesares,
eran más las emociones.

Yo quiero que tu futuro
esté siempre bendecido,
con mi aliento y regocijo
y el afecto que procuro,
que tu corazón sea puro
de honradez y tradición
y que como la canción:
«Tú seas un hombre de bien»
para que entonces también
yo llore de la emoción.

Te voy a felicitar
con todo mi corazón
doliéndome la ocasión
por no poderte abrazar.
Mucho te he de extrañar
seguro aún no lo entiendes,
y tal vez hoy te sorprende
que no pase el día contigo.
Que mi verso sea el testigo:
Feliz cumpleaños, mi Duende.

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