Ni empezando cinco a cero,
ni con Leandro en la loma,
despertamos de este coma
que nos tiene en desespero.
El desaire beisbolero
hace triste a mi poesía.
Y es que viendo cada día
empeorar la situación,
seguro una maldición
tiene a mi Granma jodía.
En las redes me aconsejan:
«cuelga los guantes compay
que ya remedio no hay
Los Alazanes se quedan.
Viéndolos hoy como juegan
solo nos hacen sufrir».
Yo solo puedo decir
que aunque no clasificaron
algunos sí se esforzaron
mas no se «supo» cumplir.