De nuevo César García
con su faena bendita,
se vio grande en la lomita
ante un tigre que rugía.
Y Carlitos que traía
la puntilla de un tablazo.
Santana metió su brazo
ante un noveno caliente
y en el público la gente
disfrutaba este juegazo.
Así debe estar Renier
González porque narró,
a quien en contra apostó,
para volver a perder.
No da su brazo a torcer,
ya no sabe qué inventar.
Mientras, vuelve a demostrar
nuestro valiente equipito,
que sin ser el favorito
es el team a derrotar.
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