¿En su cuadra quién no tiene
a una vecina chismosa?
Esa figura famosa
que del brete se sostiene.
Todo el día se entretiene
«despellejando» a cualquiera.
Y cual hábil reportera
lleva asuntos familiares
a sus planos estelares
sin conocerlos siquiera.
Ella sabe la noticia
primero que el estanquillo
y «barre» mucho el pasillo
para tener la primicia.
Fuera buena en la milicia
como enlace o mensajera.
Porque fuera la primera
-y la más clara testigo-
en saber del enemigo
su plan y su historia entera.
Cuando la autopsia le hicieron
a Norma, la de mi historia,
su lengua causó la euforia
y a la prensa la exhibieron.
Hasta de Guinnes vinieron
para el record de esa «cosa».
Se aclaró la misteriosa
pregunta que yo plantié
«que nada es más grande que
la lengua de una chismosa».
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