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Etiqueta: Día de las Madres

Ahí estabas tú, mamá

Cuando la luz de este mundo
fundió en mi piel su color
busqué celoso su olor
y lo encontré en un segundo.
Sentí ese calor profundo
que de mí jamás se irá.
Ese recuerdo estará
marcando mi nacimiento
que en mi primer sentimiento
ahí estaba mi mamá.

En mis llantos mañaneros,
frente a cada enfermedad,
me curaba con bondad
mis dolores pasajeros.
Guió mis pasos primeros
que ella nunca olvidará.
Mi canción la nombrará,
esa, de cuando niño,
que expresará con cariño:
ahí estaba mi mamá.

En mi acné y en mi progreso,
en mi sana adolescencia
protegiendo la inocencia
de mi destino travieso.
Sin flaquear y sin receso
mi ser la recordará.
Y en mis cuadernos dirá,
rindiéndole pleitesía,
que en el joven que crecía
ahí estaba mi mamá.

Cuántas noches no durmió
mi enfermera y profesora,
la amiga y la protectora
que tanto apoyo me dió.
La que conmigo lloró
y siempre en mí confiará.
Mi vida le pagará
y guardaré con honor,
que cuando me hice mayor
ahí estaba mi mamá.

El mayo se hace pequeño
para expresar gratitud,
al decoro y la virtud
que ella teje con empeño.
Yo la veo en cada sueño,
en mi historia reinará.
Cada día que pasará,
-y en mis versos lo aseguro-
que en mi presente y futuro
siempre estará mi mamá.

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Décimas para mi madre

Cuán difícil resumir
«mamá» en una poesía,
es que solo de la mía
tengo mucho que decir –
No se puede describir
tan bien lograda creación
en una improvisación
de versos con rima fiel
pues no alcanzaría el papel
si me dicta el corazón.

Por la gracia de guiarme
y dejar en mí su huella
Marisbel Zaldívar, ella
es la que hace inspirarme.
Agradecido estoy por darme
educación y valores
llenar mi vida de amores
y velar fiel mi salud.
No hay nadie más como tú
con tanta dicha y honores.

Ni versículo, ni canción,
ni creo que en mi vida pueda-
agradecerte, mi vieja,
por tu esfuerzo y tu atención.
Has sido tú mi timón,
mi enfermera, profesora,
la que se sonríe ahora
por mis triunfos y virtudes
yo espero que nunca dudes
que este «negrito» te adora.

Gracias por ser la verdad
que en este mundo me guía,
por ser la mejor compañía,
y premiarme con bondad
Te deseo felicidad
no solo hoy, día por día.
Dios te colme de alegría
por tu dulzura materna
«Que te de una vida eterna
y siempre estés en la mía».

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