Feliz cumple hijo amado, mi querido Samuelito, mi cúcuru-duendecito que a los trece has llegado. Yo que escribo demasiado no encuentro el verso mejor. Pero te va con amor un beso que llegará con un mensaje: «papá es tu fiel admirador».
Y yo mirándote ahora entiendo cuánto cambiaste, hablas gordo, te estiraste cual variable sucesora. En mi obra soñadora tu nombre siempre estará. Cada marzo cantará un arrurrú majestuoso, con el ritmo más hermoso que a tu alma llegará.
Desde esta lejanía que el destino nos depara, pedí a Dios que te enviara bendiciones cada día. Que la bondad y la alegría sean tus grandes cualidades. Y sin más formalidades de las que pueda escribirte, solo me queda decirte: mi Samu, !Felicidades!
Viene mi príncipe enano con un librito de cuentos a engraciarme sentimientos y tomarme de la mano. Es un pícaro artesano que entreteje fantasía. Con su inocente alegría escribe sobre un papel: «Para papá, de Samuel» la mejor carta del día.
Duendecito encantador un filántropo será, y en mis décimas está como eterno inspirador. Mi libretica de amor se me llena de aventuras. Recuerdo sus travesuras cada día del calendario y recreo su aniversario como tiernas escrituras.
Qué travieso y retozón, ¡cuánta gracia le pintaba! Me gané su carcajada en más de una ocasión. Y perretas, un montón, ¿qué niño no da perreta? Por la bici, o patineta, o por no querer comer, había que siempre tener preparada la chancleta.
«Yo quiero hacerlo otra vez» dijo Samu a horcajadas con sus manitos mojadas y sus ojitos de pez-. «Y volteretas después, y me lanzas hacia el techo». Luego rendido en mi pecho quedé mirando celoso, enamorado y dichoso como padre satisfecho.
Una vez estando en casa y de visita un amigo quise brindarle a mi hijo un traguito en una taza. -Ya veremos lo que pasa, escucharé su opinión- «Mete el dedito campeón, prueba qué bueno está» y me dijo: -¡No papá, los niños no toman ron!-
Toma un gallo del pescuezo y amarró una lagartija me mira por la rendija este vejigo travieso. No se duerme sin el beso y despierta muy temprano. Qué jodedor es mi enano fanático al celular él solo piensa en jugar aunque le duela la mano.
Pequeñuelo vanidoso a la historia le hace drama. El día quince engalana a tu marzo prodigioso. Heredero cariñoso, de la casa el hombrecito. Aquí te va mi besito para verte sonreír y el mundo pueda decir: Feliz Cumple Samuelito.
Llega mi duende Samuel, al séptimo año vida esta fecha no se olvida, porque la protagoniza él. «No quisiera que un papel lleve este beso a tu sien, porque sabes que eres quien por amor siempre suspiro y estas décimas te escribo deseando lo pases bien».
Ese día en que tú naciste tejí mi mejor camino y enfoqué bien mi destino con el amor que trajiste. En mis brazos te dormiste con mis pícaras canciones, sufrí con tus inyecciones, tus fiebres y malestares y aunque tuve mis pesares, eran más las emociones.
Yo quiero que tu futuro esté siempre bendecido, con mi aliento y regocijo y el afecto que procuro, que tu corazón sea puro de honradez y tradición y que como la canción: «Tú seas un hombre de bien» para que entonces también yo llore de la emoción.
Te voy a felicitar con todo mi corazón doliéndome la ocasión por no poderte abrazar. Mucho te he de extrañar seguro aún no lo entiendes, y tal vez hoy te sorprende que no pase el día contigo. Que mi verso sea el testigo: Feliz cumpleaños, mi Duende.