En mi casa cuando chama
vendieron Prú oriental
que lleva el nombre y aval
de «Coca Cola cubana».
Mi madre cual campechana
tenía fórmula secreta:
Mezclaba en una cubeta
bejuco indio y raíces,
pimienta pa los matices
y un poco de azúcar prieta.
En botellas de cerveza
un rato al sol se ponían,
efervescencia cogían
así por naturaleza.
Fuimos de la «realeza»
con ese prú tan genial.
Un gaseado sin igual,
que con un pan con aceite,
nos daba mejor deleite
que un MacDonald imperial.
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