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Etiqueta: pelota

El radiecito

Allá por onceno grado,
plena Serie Nacional,
había en la vocacional
un piquetico enviciado.
Con un Nocturno prestado
para oír La Gran Jugada.
Y con la luz apagada
(dando abajo el noticiero)
pasamos el curso entero
con esa fuga entrenada.

Ciro Silvino encendido
dando ceros sin parar,
siempre que iba a lanzar
era lechada el partido.
Y aquel pelotón reunido
siempre con Granma, muy fiel:
Serik, Jorgito, Yunel,
Javier, Karel y Yurito,
León, Alexander, Tito,
y el cabecilla: Erichel.

Hasta que nos sorprendió
Ana Provance una noche
y nos quitó con reproche
el «radio» que nos unió.
Desde ahí Granma perdió
ese pase a los finales.
Y nosotros, sus parciales,
con las ganas nos quedamos
y nunca más nos fugamos
a esas veladas radiales.

Recuerdo a Pachi Espinosa
creando a «La coquetona»,
la niña que era anfitriona
y que se hizo famosa.
La compañía majestuosa
de Joaquín y el «pakatán».
En recuerdos quedarán
esos momentos de gloria
bien descritos en la historia
cuando me hice alazán.

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Otro color al carruaje

Otro color al carruaje
alazán por un antojo,
cambió el azul por el rojo
y nos jodieron el traje.
Vaya infundado homenaje
para el campeón nacional.
¿Y nuestro azul habitual,
nuestro Granma bien escrito?
¿Dónde quedó aquel bonito
celeste de la final?

No le quiten a Santiago
el rojo de su bandera,
pues tienen a Granma entera
berriando el diseño aciago.
Para TeamMate el halago,
(No es su culpa en realidad).
Pero en esta oportunidad
hay un mensaje bien dicho:
«Lo del color no es capricho,
es cuestión de identidad».

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Un campeón en Taj Mahal

Quise mostrar un cartel
cuando estuve en Taj Mahal
y por poco acabo mal
dentro del museo aquel.
Con Jacq, el amigo fiel
me llevaron detenido.
Todo fue un malentendido,
no era una ofensa hacia Alá,
fue que yo apoyaba allá
a mi equipo preferido.

Puse un «Granma campeón»
y el guardia no me entendía,
era un hindi policía
más bruto que Don Ramón.
Recordé la entonación
de «Grandma» en una novela.
Y ese truco de la escuela
fue lo que a mi me salvó
porque el hombre se creyó
que era un saludo a mi abuela.

http://yoenisindia.blogspot.com/

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Mi socito me decía

Mi socito me decía
tras ver el juego de ayer
que ya es costumbre perder
y hasta el perro lo sabía.
Ya no es sorpresa en el día
y cualquiera nos derrota.
«Te lo digo compatriota,
esto es un sano consejo,
si quieres llegar a viejo
no sigas viendo pelota».

Y entonces le respondí
compadre, soy optimista,
porque yo fui deportista
y derrotas también viví.
Hay cuatro Alazanes ahí
tricampeones nacionales.
Son bien duros los rivales
y aunque Cuba ya no es fuerte
sigo apostando a la suerte
de ser campeones mundiales.

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Así de lindo sería…

En la red salió una nota
¡qué alegría a la afición!
eso lo da ser campeón
en Cuba de la pelota.
Ya el Barbados se alborota
porque será remozado.
Tendrá moderno alumbrado
que supere el de La Habana,
una pizarra bacana
y ahora será techado.

Un museo colindante
entre las cosas más bellas.
Tendrá palcos cinco estrellas,
un burguer y un restaurante.
Habrá mejora importante:
asientos con pacotilla.
Incluirá hasta sombrilla,
corneta y un radiecito,
La Tukola en un vasito
¡todo será maravilla!

Tiendas de camisetas,
y un sitio Web más decente,
donde ahora nuestra gente
comprará sus papeletas.
Habrá shows con los atletas
y siempre televisión.
Ya yo siento la emoción
segurito se me nota,
sin devolver la pelota
cuando caiga de jonrón.

Así de lindo sería
si eso fuera realidad
de soñada felicidad
que a Bayamo alegraría.
Espero que llegue el día
para esas cosas yo ver.
Me interrumpe mi mujer
en plena satisfacción:
«Dale despierta guebón
que hay una cola que hacer».

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La curda lo salvó

Ese virus que es tan loco
llevó a Cundejo a ingresar,
sin siquiera estornudar
no se libró él tampoco.
La familia en su sofoco
toda estaba preocupada.
Su compañera asustada,
por el viejo octogenario
dio la alarma al vecindario
desde esta madrugada.

Pero el hombre iba sonriente,
ni siquiera preocupado,
más bien lucía confiado
cuando llegó a ese ambiente.
Un pepino de «seis-veinte»
se tomó en celebración.
Y le hicieron la punción
para un estudio intensivo,
pues el test dio negativo
sin ninguna explicación.

Frotar alcohol es medida
contra cualquier infección,
por eso quien toma ron
se recupera enseguida.
La doctora confundida
en la historia describió:
«Lo que el paciente bebió
en la fiesta inoportuna.
no fue inyección, ni vacuna,
fue eso lo que lo salvó».

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¿Qué otra cosa puede ser?

Cambiaron al director,
Higinio ya está en la gloria,
se nos fue otra victoria
y la cosa anda peor.
La pelota en estertor
nunca lo imaginaría.
Y no es jodedera mía
ni que me burle al perder.
¿Qué otra cosa puede ser
que no sea brujería?

Curazao fue campeón
de aquella liga del trapo
Civil haciéndose el guapo
y otra vez la decepción.
Hay que hacerle una canción
a ver si el ego rebrota.
Pues de derrota en derrota
la copa se va llenando
y nos estamos cansando
hasta de ver la pelota.

Y no es culpa del bloqueo
ni de fuga de talentos,
esos tantos descontentos
tiene un apodo más feo.
Analizo y lo planteo,
me doy aliento a mi mismo.
Y sin ciego fanatismo
yo me atrevo a sugerir,
que «otro plan» hay que seguir
para salir del abismo.

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Recuerdo cuando chamaco…

Recuerdo cuando chamaco
con diez pesos en la mano
llegaba siempre temprano
al Barbados con Siriaco.
Él llevaba en el sobaco
un «rifle» bueno con ron.
Y en el último escalón
de la grada de primera,
formamos la bebedera
con tremendo vacilón.

También llega a mi memoria
que en esos palcos de alturas
se observaban las figuras
modelando hacia la gloria.
Parecía convocatoria
de licras, faldas y shores.
Y entre chamas jodedores
los piropos se llovían,
que ni los viejos seguían
a los propios jugadores.

Allá cerca del jardín
derecho, en la parte baja,
un merolico en ventaja
celebraba en su trajín.
Mucho hielo y solo un tin
de sirope azucarado.
Y decía: «Granizado
a dos pesos el vasito»
era pintura y poquito
¡Qué tipo más descarado!

«Pastelitos de guayaba»
decía un tipo legendario,
que se iba millonario
cuando el juego terminaba.
Mucha plata se sacaba
también Chicho el Manisero.
Era bien farandulero
cuando iba pregonando,
y si estábamos ganando
regalaba el bolso entero.

El estrés se deja en casa
al menos por un buen rato
se vive un momento grato
y bien alegre se pasa.
Como deporte traspasa
esa pasión desmedida.
La pelota es divertida
dice el Pachi por la radio:
y quien no viene al estadio
no sabe lo que es la vida!

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Yo que puse una velita

Yo que puse una velita
para aliviarme los llantos
se revolvieron Los Santos
en el jueguito de ahorita.
Bryan Chi en la lomita
mil aplausos se ganó.
Iván Prieto se lució,
Avilés entró a jugar
y bateamos sin parar
que hasta Ferrer se embasó.

Ciertamente no es lo mismo
ver un juego sin presión,
hoy sin brillo ni emoción
y sin pase al olimpismo.
Pero el loco fanatismo
vuelve a uno hasta humorista.
Aplaudí a Cuba optimista
como si hubiera esperanza
y alimenté la añoranza
de un alazán decimista.

Soñamos con que mañana
mi equipo Cuba despierte,
que nos sonría la suerte,
y estar en primera plana.
Que la bandera cubana
llegue al más alto lugar.
Que volvamos a ganar,
regresen las emociones
y tengamos mil razones
para volver a soñar.

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Mi socio Nene

Mi socio Nene el ponchero
siempre se faja conmigo,
desde pequeño es mi amigo
y también es «pelotero».
En la peña yo lo espero
para empezar la pelea.
Pero el hombre se berrea
si alguien piensa lo contrario
y calienta el escenario
si alguien lo zarandea.

Dice mi socio Yurién
que lo del Nene es más viejo
que una vez le dio un consejo
y no lo asumió muy bien.
Que en cuestión de un santiamén
hasta lo invitó a fajar.
Que no quería conversar
y se formó un clase brete,
hasta buscó su machete
porque lo quería matar.

Es que el compadre se explota
y recurre a la violencia,
no sabe tener paciencia
en debates de pelota.
Y es peor si anda en nota,
es más fiero y peligroso.
Algunos lo ven gracioso,
otros le siguen el hilo
y no lo dejan tranquilo
hasta ponerlo furioso.

Anoche yo le decía
que Cuba clasificaba
que el boleto casi estaba
y en Tokío se jugaría.
Ese tema fue porfía
con el necio compatriota.
Berriando casi se explota
y dijo ya revencú:
lo crees así porque tú
¡no sabes ná de pelota!

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