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Etiqueta: pollo

Fricasé de gallina

Mató una gallina André
pensando en una comida
peló especias y enseguida
cocinó un buen fricasé.
Nunca imaginaba que
fuera un rollo el repartir.
Comenzaron a exigir
las postas como subasta
y aunque el socio es entusiasta
no sabía como cumplir.

«Para mi niña un muslito,
que ella no come otra cosa»,
dijo tía Cacha nerviosa
marcando bien tempranito.
Y también pidió Orlandito
el otro muslo del plato.
«Ese es mío hace rato»
– salió Heidy reclamando –
«No te sigas embullando
y refresca el arrebato».

«Mi pechuga..!»- dijo el viejo –
«A mí me dio la Coví!».
Osley: «Y el encuentro a mí,
yo casi nunca me quejo».
Y aunque se vio disparejo,
el otro fue pa Fernando.
Las patas se están usando
en sopa pal hospital,
porque Jorgito está mal
(el dengue lo está matando).

La hermanita de crianza
se embulló en hacer croquetas:
«Quiero las alas completas
que con menos no me alcanza».
Guillermito con confianza
fue a buscar en la salsita.
Y saltó la tía Carmita
en el medio del molote:
«No te lleves el cocote
es mi posta favorita».

Las vísceras no quedaron
tampoco hicieron el cuento,
las volaron al momento
y ni a la mesa llegaron.
El hígado se robaron
y solo se oyó la queja.
Lemna quiso la molleja
sin siquiera estar cocida,
ella siempre precavida
dando alante (moraleja).

Cuando todo se acabó
y las sobras recogieron,
dos hermanas discutieron
por eso que allí quedó.
Hasta Toqui reclamó
él que no sabe ni hablar:
«No se vayan a antojar
de mis huesitos ahora,
que soy yo quien los devora
casi siempre al terminar».

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Allí en la cola del pollo…

Allí en la cola del pollo
se vive cada locura,
es que está en nuestra cultura
vivir del brete y el rollo.
No habrá mucho desarrollo
mas sí comunicación.
Es que la cola es reunión,
foro, peña o asamblea
y aunque usted no se lo crea
pasa el rato en diversión.

Allí mismo me contaron
de la boda de Pedrito
que siendo buen muchachito
bien rápido lo dejaron.
De las cosas que robaron
en la tienda de la esquina.
De la bronca de Cristina
con la hermana de Vicente
y del «letrero» del frente
del solar de mi vecina.

Vive sonriente el colero
que del pueblo se aprovecha
con su descaro cosecha
facilito su dinero.
El hijo del carnicero
con el hielo da una mano.
Con su cuñado y su hermano
cortan, pesan y despachan
y a la careta te fachan
como todo buen cubano.

A la sombrita es mejor,
allí se ponen los viejos
que entre chismes y consejos
dan nacimiento al rumor.
También está el jodedor
que da chucho sin parar.
Y el curda va a refrescar
su fuega allí en ese ambiente
compartiéndole a la gente
por qué no fue a trabajar.

Se aparece el manganzón
como Plan Jaba y se cuela
e impedidos con la muela
sin prótesis, ni bastón.
Casi siempre hay fajazón
pero al rato se controla.
Cada cubano se inmola
lleva en su estirpe el marcar
aunque no vaya a alcanzar
lo importante es hacer cola.

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Kikirikí!!!

¿También tuviste el honor
y criaste Kikirikí?
En las bodegas de aquí:
uno por consumidor.
Bombillo para el calor,
agua y Polivit mezclada.
Cinco meses en velada
gastando plata en comida,
toda esperanza invertida
y nunca crecieron nada.

Mucha cresta, poca masa
¡cantaban a la semana!
gallitos de raza enana
en jaulas de cada casa.
Como la jama era escasa
así le metimos mano.
No quedaba ciudadano
de San Antonio a Maisí
sin pollo Kikikirí
aquel invento cubano.

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