Sin palabras me quedé,
sin el arte de escribir
ayer no pude dormir
y por su salud oré.
Con la noticia lloré
por el duro desconsuelo.
Pero sé que allá en el cielo
lo recibe un angelito
y andará tío Evelito
de la mano de mi abuelo.
El ejemplo y el legado
que dejaste en la familia
con tu fe nos reconcilia
y serás bien recordado.
Viaja en paz, mi tío amado,
fuiste un bravo luchador.
De ti tomamos el valor
para enfrentar a la vida
y reinará en tu partida
el cariño y el amor.
«Que Dios te tenga en la gloria».
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