Así se me queda el diente
aunque profundo me duela
y se me caiga la muela
por vieja o por insistente.
Que me digan mal paciente
pero no vuelvo al sillón.
Mi madre, qué «sufrición»
entre empastes y curitas
y al ver las pinzas malditas
que juntan para extracción.
Olvidemos los rencores,
celebremos este día.
¡Viva la Odontología,
que nos quita los dolores.
Felicidades doctores
por la parte que me toca.
Menos a la «fresa» loca
que le tenemos terror,
no hay un invento peor
para arreglarnos la boca.
Yo recuerdo al tiburón
Tiburo de la poesía,
-fue a Estomatología
rogando por atención-.
Mi compay no tuvo opción
para salvar ese diente.
Todos temen al ambiente
con total ingratitud,
aunque en verdad es salud
y el dentista es buena gente.
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