Cuando empezó el campeonato
y vi a Avilés en primera
quise que se moviera
a la banca de inmediato.
Estaba siendo sensato
y ya me lo presentía.
Con cualquiera apostaría
que esta vez «sería lo mismo»
y sin ciego fanatismo
sabía lo que pasaría.
Empezó con gallardía
dándole bien a la bola
poniendo a Granma en cola
y puntero en la porfía.
Pero como al 5to día
comenzaba a decaer.
Se volvía a parecer
al Avilés desganado
al punto de ser sentado
viendo al equipo perder.
El sicólogo en su haber,
tras su última reunión,
le llamó bien la atención
y lo hizo prometer:
«que debía volver a ser
el Caballo impulsador».
Con pasión de jugador
comenzó a levantar,
y daba líneas sin parar
como equino gladiador.
En la serie fue puntero
de carreras impulsadas
con sus líneas despiadadas
«caliente con el madero».
Y si hoy Granma está primero
sin estar en muchos planes,
no habiendo hoy quien nos gane
ni ahora ni después,
todo es gracias a Avilés
el «guan» de los Alazanes.
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