El nasobuco hoy va a ser
no solo una protección,
sino más que salvación
al de no buen parecer.
Detrás se puede esconder
cualquier defecto o tabú.
El narizón o el bocú,
hasta el feo de nacimiento,
nos cuida del mal aliento,
o la impresión de un dientú.
Al que se come los mocos
le pone freno a su idea
y al que tenga quijá fea
le dan apodos muy pocos.
Hay ciudadanos bien locos
que usan dos a su manera.
Se cubren la cara entera
para ocultar sus detalles,
se hacen selfies en las calles
y se ven feos comoquiera.
![]()

Sé el primero en comentar