Estoy en la disyuntiva
de qué hacer con mi dinero,
ando hoy de embelequero
-tengo mente positiva-.
El ahorro me motiva
pero tengo que invertir.
Por si un día me voy a ir
asegurar mi futuro,
con el bolsillo seguro
y sin tener que pedir.
Para un pasaje no alcanza,
para un negocio tampoco,
es que el ingreso es muy poco
y muy débil la finanza.
Con mi mayor esperanza
calculo con optimismo.
Pero siempre da lo mismo
contando cada billete,
que el negocio no promete
ni cambiando el algoritmo.
Si me llego al mercadito
se me baja la autoestima,
pues los precios en tarima
van tendiendo al infinito.
Ni en Bolita participo
porque tengo mala suerte.
Está la cosa tan fuerte
tipo un «sálvese quien pueda»,
que en mi barrio ya no queda
ni un gallo que te despierte.
Yo que soy un jodedor
no me canso de inventar,
no hace falta ni ensayar
si uno nace emprendedor.
Voy a invertirlo mejor
en dos botellas de ron.
Como está la situación
que no hay jama, ni pelota,
es mejor estar en nota
sin tener preocupación.
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