Un tentempié yo tenía
una bici, dos carriolas,
una jabita con bolas
y una «chapina» pulía.
Con un curiel yo dormía,
y hasta palomas crié.
Con peróxido pinté
la moña y me puse arete
y el más grande reguilete
en mi azotea empiné.
Me fui fugado pal río
y en la escuela me fajé,
mil caguayos yo maté
allí en ese barrio mío.
Era el rey del durofrío,
y del pru con panecillos.
Merendaba mamoncillos
montando en mi chivichana,
jodiendo a media mañana
descalzo y en calzoncillos.
Tuve un perro y un pollito,
varios puercos en corral,
que en tiempos de carnaval
nos daban el dinerito.
Tengo un recuerdo bonito
sobre cada cicatriz.
Yo no olvido mi raíz
de bayamés campechano,
niño bueno, niño sano
niño alegre y muy feliz.
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