Empezamos tempranito
la cosecha santiaguera
hoy le bateaba cualquiera
a ese pitcheo flojito.
«Cogimo mango bajito»
dijo Chicho el manisero.
Se vio a Leandro certero
combinando con maestría,
(ni Guibert se la veía)
44 y entero!
Ya es normal, en el noveno
a la hora de recoger
los guantes volver a ver
horrores en el terreno.
Con un juego tan ameno
al final se complicó.
El cochero se enredó
y llamaron a Luisito,
a ese chama felicito
pues «salvado» se apuntó.
Y Despaigne fue a prisión
porque, con ese batazo,
sin querer le dio un janazo
a la cola de un avión.
Ya escribieron de Japón
que se lo llevan de nuevo.
«Pues que busquen un relevo
que yo estoy en mi momento,
me siento en Granma contento
y de aquí yo no me muevo».
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