Ese virus que es tan loco
llevó a Cundejo a ingresar,
sin siquiera estornudar
no se libró él tampoco.
La familia en su sofoco
toda estaba preocupada.
Su compañera asustada,
por el viejo octogenario
dio la alarma al vecindario
desde esta madrugada.
Pero el hombre iba sonriente,
ni siquiera preocupado,
más bien lucía confiado
cuando llegó a ese ambiente.
Un pepino de «seis-veinte»
se tomó en celebración.
Y le hicieron la punción
para un estudio intensivo,
pues el test dio negativo
sin ninguna explicación.
Frotar alcohol es medida
contra cualquier infección,
por eso quien toma ron
se recupera enseguida.
La doctora confundida
en la historia describió:
«Lo que el paciente bebió
en la fiesta inoportuna.
no fue inyección, ni vacuna,
fue eso lo que lo salvó».
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