Desde Ciego, esta mañana,
una jirafa-verraco,
viajó al paradisiaco
zoológico de La Habana.
Salió en plena caravana
a cumplir una misión:
Dar su contribución
a las causas jiraferas,
«montar» a unas compañeras
para su reproducción.
Iba «Félix» optimista
con el cuello a todo largo
pasando por el amargo
trayecto de la autopista.
Se hizo el marabarista
bandeando cables y puentes.
Y con gestos sonrientes
iba él solo celebrando
pues lo estaban esperando
las jirafitas calientes.
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