¿Por qué no escribes,-me dicen-
sobre el incendio y Matanzas?
De aquello no hay semejanzas
por mucho que mediaticen.
Yo espero se normalicen
los llantos y las tensiones.
Y no encuentro las razones
de nuestra naturaleza,
por traernos más tristeza
que aclamadas bendiciones.
Yo vi un bombero llorando
y a sus camiones quemados,
a pilotos muy cansados,
a un coronel estibando.
Al humo contaminando
a la ciudad de los puentes.
A jóvenes combatienes,
y a ágiles periodistas,
a piperos, rescatistas
y a cruz-rojas muy valientes.
Y a buena hora una mano
amiga venezolana
y otra brava mexicana
cubrieron cielo cubano.
Pues más tarde o más temprano
volverá el sol a brillar.
Ni del fuego se va hablar
ni te tanta jodedera,
el cubano es una fiera
¡nos vamos a levantar!
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