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Mató Faustino su puerca

Mató su puerca Faustino
con ideas de compartir,
mas su intento de cumplir
al final no le convino.
Ni con el plan de porcino
la carne iba a alcanzar.
Muchas deudas que saldar
casi eran compromiso
a todo el que por él hizo
y no les podía fallar.

Una pierna para Cacha
que lo ayudó con el niño
y la otra, con cariño
para Olguita, la muchacha
que en la tienda le despacha
el pollo sin cola hacer.
Una paleta pa Esther
de la chopi dependienta,
ella siempre tan «atenta»
cuando el viejo la va a ver.

Mandó a Kiki la segunda
por sus pinchas de plomero.
Él le ataja el salidero
cuando la casa se inunda.
Con entereza rotunda
la cabeza fue a donar:
A Juancito el del solar,
que siempre le dio botella
y que es hijo de Mireya
su seño de preescolar.

Las vísceras las llevó
para el centro de aislamiento
recordando el sufrimiento
de la vez que allí ingresó.
Cuando a su casa llegó
vio al cartero que salía.
Un telegrama traía
de su nieto más chiquito:
«No te olvides del rabito,
que esa es la posta mía».

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Publicado enFamiliaMisceláneas

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