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Vaya alegre viajecito…

Me fui pa unos carnavales
de Manzanillo en el tren
que es otra joya también
de viajeros orientales.
Y al no quedar ya lugares
me eché to el viaje de pie.
A las seis horas llegué
como piedra en un zapato
por buscar lo más barato
yo mismo me compliqué.

Al subir me carteriaron
los mil pesos que llevaba
tan contento que yo andaba
todito me lo llevaron.
Los zapatos me ensuciaron
y el pitusa se rajó.
Un guajiro me guapeó
mi lugar en la escalera
y gritó que se lo diera
porque «antier» lo reservó.

Como no iba sentado
a cada rato en el viaje
me exigían el pasaje
como estaba regulado.
Uno fumando a mi lado,
un vejigo dando grito,
dos chivos, un lechoncito,
una mudá y una moto,
vendedera y alboroto
en aquel viaje maldito.

Se reventó una manguera
llegando casi a Veguitas
y perdimos tres horitas
solo en esa jodedera.
Se coló una mosquitera
cerquita de Vuelta el Caño.
Y arreciando más el daño
me entró ganas de orinar
salta un viejo a aclarar:
«No se puede usar el baño»

Vaya alegre viajecito
del buey de hierro y andén.
Qué recuerdos de ese tren
y aquel trayecto inaudito.
Por mucho que se haya escrito
hay que hacerle un homenaje.
Para el regreso, el pasaje
lo boté en la terminal
y hoy si vuelvo al carnaval
pago un taxi para el viaje.

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Publicado enMisceláneas

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