Llega noble y generosa
la querida Tía Chichí
y este poema escribí
a esa mujer bondadosa,
luchadora, cariñosa
y admirable en su accionar.
Ella hoy va a celebrar
un nuevo año de vida
con la familia reunida
aunque sea para brindar.
Dirigió «La canastilla»,
ayudó siempre a la gente
servicial y complaciente
como un lucero que brilla.
Como madre, maravilla,
«Martha Abreu» le dice Juan.
Hoy los elogios están
reluciendo sus bondades
y unas mil felicidades
en el día le llegarán.
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