I
Miguelito en la butaca
cuando el almuerzo termina,
en «puntica» repentina
ronca como una vaca.
A sus años se destaca
y discute en cada encuentro:
-A esa hora me concentro,
pues dormir es pa los flojos,
si ven que cierro los ojos
es que me miro por dentro-.
II
Debajo del butacón
el gato estaba dormido,
de repente, un sonido
complicó la situación.
Y en gatuna aberración
dijo, -ño, ¡me despertaste!-
-¿Y por eso te asustaste?
mijo no hay que exagerar-
-Viejo, váyase a limpiar
que seguro te cagaste.
III
También el mismo Miguel
antes de irse a acostar
por si tiene que orinar
pone debajo un bidel.
Tiene historia con Mabel,
la mujer que desposó:
Una fuerte tos le entró
y el Miguelito apurao,
agarró el tibor de miao
y con eso la salvó.
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