Un tal Jonathan Carbó
que se plantó embullaíto,
se fue a las duchas solito
cuando Prieto la botó.
El holguinero impulsó
las cuatro para ganar.
Kelvis vino a relevar
y le dio una serenata,
a ese barquito pirata
que no pudo navegar.
Y allá en nuestro beisbolito
los pequeñines también,
ganaron a todo tren
un emotivo jueguito.
Espectáculo bonito
que animaron los parciales.
Son esas buenas señales
que aseguran el futuro,
porque estos chamas seguro
son campeones nacionales.
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