Los del barquito pirata
robaron la iniciativa
y con garra deportiva
nos vaciaron la piñata.
Carbó dio una serenata
de ponches y dominó.
La tanda gruesa dejó
muchos hombres en las bases,
porque no fueron capaces
de empujar y se perdió.
Se vio pasivo a Darién
jugando en el ala izquierda,
seguro es que no recuerda:
¡esos chamas corren bien!
Y Ferrales mal también
guiando a los corredores.
Se cometieron errores
difíciles de creer,
pero hay que saber perder:
ellos fueron superiores.
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