-¿Y esa cara tío Bruno? Cualquiera pierde un jueguito. – No me jodas tú Pedrito, si no ganamos ninguno. ?? Aquel bateo oportuno lo perdimos hace rato. Ni en un flojo campeonato se regresa con victoria, las medallas y la gloria solo quedan en retrato-.
No hacen falta Kindelán, ni Pacheco, ni Linares, porque nuestros estelares todos saben dónde están. Algún día entenderán los porfiados dirigentes, que si han sido ineficientes con orgullo y con doctrinas, solo abriendo las cortinas habrán luces diferentes.
-Dime Pipo, ¿ayer ganamos? En mi zona había apagón. -Si supiera, Robertón ayer tampoco bateamos. Nuevamente nos quedamos esperando el despertar. No pudimos conectar al boricua juvenil, siga usted con su candil, no lo vaya ni a apagar.
Estoy en la disyuntiva de qué hacer con mi dinero, ando hoy de embelequero -tengo mente positiva-. El ahorro me motiva pero tengo que invertir. Por si un día me voy a ir asegurar mi futuro, con el bolsillo seguro y sin tener que pedir.
Para un pasaje no alcanza, para un negocio tampoco, es que el ingreso es muy poco y muy débil la finanza. Con mi mayor esperanza calculo con optimismo. Pero siempre da lo mismo contando cada billete, que el negocio no promete ni cambiando el algoritmo.
Si me llego al mercadito se me baja la autoestima, pues los precios en tarima van tendiendo al infinito. Ni en Bolita participo porque tengo mala suerte. Está la cosa tan fuerte tipo un «sálvese quien pueda», que en mi barrio ya no queda ni un gallo que te despierte.
Yo que soy un jodedor no me canso de inventar, no hace falta ni ensayar si uno nace emprendedor. Voy a invertirlo mejor en dos botellas de ron. Como está la situación que no hay jama, ni pelota, es mejor estar en nota sin tener preocupación.
La Élite se aplazó, no tenemos uniformes, andan todos inconformes pues de nuevo se incumplió. Hasta Danel ya entrenó con Ferrer esta semana. Esa gente de La Habana hace rato que no «anota», así va nuestra pelota, ¡Ay, Federación Cubana!
Yo que tenía el maní, la Pinilla y chicharrones, que saqué hasta vacaciones y en apuestas me metí. Pues ahora me jodí, por la Serie caprichosa. Sigue siendo tormentosa desde el mismo primer día, y como el Fofi diría: «Se sufre, pero se goza».
A las 6 de la mañana Chencha siempre se levanta, sin «asiarse» ella se planta pegadita a la ventana. Tiene dotes la paisana de captar todo el ambiente. Sin internet ni corriente cumple el rol de vigilante, su curriculo es brillante despellejando a la gente.
«Pipo tiene una querida», «a Yaque le dieron carro» «no es su hijo, es un tarro» «mi compay anda en movida». Pasa el tiempo entrometida, es un noticiero andante. No queda vivo el amante, el negocio o la pelea, sin que la vieja lo vea desde un palco bien alante.
Si la vieran desplayada hablando hasta por los codos de los vecinos, de todos, sin sentimientos ni nada. Fue elegida diputada que atiende el control interno. Ya se pelió con su yerno y no lo quiere tratar, porque salió a protestar hablando mal del gobierno.
Echó palante a Pedrito que revendía el jabón y hasta habló mal de Gastón cuando alquiló su cuartico. Aparece al momentico con todito su esplendor. Dice el Jefe de Sector que es tan eficiente ella, que el guión de Tras la Huella con Chencha sale mejor.
Es la doña una figura de la cuadra y de la zona, hoy le gritan: «chismozona» mas no coge calentura. El karma pasó factura, tuvo Chencha un problemón: En los días del ciclón se le cayó su ventana y ha pasado la semana entera sin conexión».
-Tome mijo, veinte pesos, pa que compre «durofrío». Vaya a la esquina tendío que le vendan muchos de esos. Con lo que sobre, unos quesos y unas barras de maní. Y vuelva, lo espero aquí con el vuelto, que es bastante, no quiero ningún faltante que mucha plata hay ahí.-
– Ay no me jodas mi tío, veinte pesos no me alcanza, ya con eso nadie avanza ¡veinticinco un durofío¡ No se ve en el barrio mío nada que cueste barato. No nos queda ni el retrato de las meriendas de a peso, estamos en retroceso y embarcados hace rato.
Los merolicos te explican que son leyes del mercado. En Bayamo hasta el helado si lo compras, te la aplican. Sube el precio y justifican que el culpable es el bloqueo. Tú sabes lo que yo creo, -y esta idea sí promete-, mejor yo cojo el billete y se lo llevo al museo.
Así se me queda el diente aunque profundo me duela y se me caiga la muela por vieja o por insistente. Que me digan mal paciente pero no vuelvo al sillón. Mi madre, qué «sufrición» entre empastes y curitas y al ver las pinzas malditas que juntan para extracción.
Olvidemos los rencores, celebremos este día. ¡Viva la Odontología, que nos quita los dolores. Felicidades doctores por la parte que me toca. Menos a la «fresa» loca que le tenemos terror, no hay un invento peor para arreglarnos la boca.
Yo recuerdo al tiburón Tiburo de la poesía, -fue a Estomatología rogando por atención-. Mi compay no tuvo opción para salvar ese diente. Todos temen al ambiente con total ingratitud, aunque en verdad es salud y el dentista es buena gente.
En un viaje personal, de mis cursos de ingeniero allí estuve de bretero en Panamá, en su Canal. Disfruté una magistral maniobra de un mercante. Una experiencia impactante entre exclusas y motores, no se imaginan, señores, ¡fue en verdad impresionante!
Los océanos se enlazan en el punto más estrecho y ha quedado tan bien hecho que barcos grandes hoy pasan. Con un buen truco desplazan el agua de a poquitico. Hay que esperar un ratico para el istmo atravezar y en menos tiempo llegar pues el tramo es más cortico.
Ya van a picar el key y atizaron el fogón, hoy se jode un buen lechón allá en vuelta de El Caney. «Mi sombrero de yarey» en la loma está sonando. Es Fabré que está llegando con la rumba al vecindario porque está de aniversario y lo celebra cantando.
Creó Malcom, -el Doctor- en Telegram un grupito, que irá llenando a poquito poniéndole mucho amor. Él es gran emprendedor, (no solo emprende con bata). Con su llamado contrata a familias y a pacientes pues con temas tan calientes hasta el santo se arrebata.
Cien mujeres se sumaron, o para decirlo mejor, cien siguieron al doctor y sus «manos» recordaron. Los esposos que llegaron no han hablado todavía. No se nota su alegría y se unieron prejuiciosos preocupados y celosos con la Ginecología.